Como los chinos suelen tener un solo hijo, gracias a la previa política de control natal del país, los padres con suficiente condición económica cuidan a su bebé como un tesoro, le dan lo mejor que pueden conseguir.
Una mujer en China una vez que se convierte en madre, se convierte prácticamente en enciclopedia andante, teniendo conocimientos profundos de farmacología, de pediatría, de sustancias peligrosas, de psicología, de distintos estilos o escuelas de pedagogía, y mientras el bebé va creciendo, va adquiriendo más conocimientos en gastronomía, de ranking de cereales y fórmulas, y de las materias de la escuela, etc.
Tal vez estoy exagerando un poco, pero tampoco estoy lejos de la realidad, porque los chinos compiten harto, y la competencia entre bebés ya no es un asunto entre los bebés, es un asunto de gloria familiar. Y así, acercando el día de profesor de China, una nueva ronda de competencia ya está surgiendo, y en este periodo la pregunta más preguntada en Zhihu (una plataforma china sobre preguntas y respuestas) fue: ¿Le debo dar regalo a los profesores de jardín infantil?
La duda surge porque estos padres temen de que su bebé será menospreciado o maltratado en el jardín si no dan regalos, mientras saben que no es correcto fomentar esa costumbre de dar regalos para que le traten bien, además de tener ansiedad por no saber cuál es el rango para que los profesores consideren que no es un regalo muy barato mientras no le duela su bolsillo, y tener conflicto porque si otros están dando, no es bueno no dar nada, ¿cierto?
Aquí va mi opinión: ¡Relax, la situación no está tan compleja como parece! El tema principal de aquí es el temor a la diferenciación, lo cual puedo entender mejor si me pongo en situación de un profesor (especialmente de jardín infantil): si soy un profesor, ¿voy a menospreciar a este inocente porque sus padres no me han dado ningún regalo? La respuesta obviamente es un fuerte y seguro «¡No!», entonces, el tema ya está resuelto. Dar regalo o no, depende de la apreciación personal, y el regalo puede ser tan sencillo como una nota de gracias, nada de otro mundo.
¿Pero qué pasa si el profesor hace la diferencia? Si realmente me tocara esa situación, la solución es simple: cambiar de profesor o de jardín. De todas maneras no me parece como un buen modelo a seguir o una buena influencia si dejo que mi hijo esté con un profesor que haya preferencia con los que dan regalos. En mi opinión, la mayoría de los profesores tienen un buen estándar moral, y si hace la diferencia, probablemente no es por el regalo, sino porque el bebé es difícil de lidiar. En ese caso, el mejor regalo para un profesor de jardín infantil probablemente es, un niño que fue cultivado por sus padres con buenos modales y hábitos, porque le hará el día menos estresante mientras también cuida a otros 19 niños. ¿Tengo la razón?